jueves, 10 de febrero de 2011

Leopoldo Castilla, Sobre Campamento en marcha






































Alejandro Acosta, que ya había llevado a la poesía la épica del falso inca Bohorquez, aborda ahora la gesta de Felipe Varela, el caudillo catamarqueño cuya bandera, como la de Artigas, rezaba: "Naides es más que naides".La poesía asedia aquí la figura y la historia de este personaje hendido por los fragores de la guerra civil, por un criollismo de hondas raíces y lo hace como detectando los fulgores de la escena. Penetra, ahonda y vuelve a salir como una fuente, como sale la luz de adentro de los árboles después de que los árboles la han bebido. He aquí la pericia de Acosta. A su talento se añade el venero del hablar de su propia tierra. Un cielo de fondo que sostiene todo. Y entre ello la producción de la mejor poesía que actualmente genera el norte argentino. Un lenguaje flexible y certero abre el campo y aloza el vacío donde perdura la impronta del coraje y el mito de Varela.El viejo montonero entra por esta otra puerta a su propia historia con el espantado quebranto del que ha soñado una larga batalla donde no existió la muerte.Alejandro Acosta forjó los herrajes de ese extraño paraíso donde los héroes arden sin consumirse.

1 comentario:

Lisarda dijo...

Carlos, muito obrigado por a sua visita!