domingo, 29 de junio de 2014

Julieta Bionti, Cicatrices en el mantel+ Mini entrevista



Elegir

 me hacés bailar, aunque sea la piba más rota de la fiesta
me dejás subirme a tus pies,  jurando que está todo bien ,
que juntos salimos de esta.

Si pudiera elegir,
bombardearía esa lista absurda,
a  Libertador y su onda verde
nuestro chat y su onda roja

Por mucho que apunte mis labios a tu cuello
sabiéndolos mi pase libre;
tengo fama de mala puntería
y vos de caballero infalible,
una vuelta más en tus ojos
(la sortija mal ganada me habilita)
intentara,  como todas las anteriores,  ser la última

Que Stevie sigua tocando
mientras el  mundo se abre paso
para evitar la media falta;
el tiro libre con la pierna diestra
vamos, los dos sabemos que Carrizo,
haciendo honor a su nombre,
se va a hacer el gil;
el acalambrado;
el que pide el cambio y nos guiña un ojo desde el piso 
aun sabiendo, que el lugar en tu cama me queda grande,
y yo que nunca entendí la posición adelantada
no voy a parar de hacernos trampa
para que las culpas piquen mal.
 Te suelto  y me soltás,
empezando otra vez de cero
mientras a  la tregua que me das
 la adultero con besos. 
Me ves
tanteando tu boca
disfrutar de lo inmenso
sabiendo que  podes  hacerlo abismal,
sin embargo lo dejas;
podés empujarme o mirar para otro lado
y siempre te bajás,
para evitar que yo pegue el salto
y  me dé de lleno, rompiéndolo todo
entrando en la tómbola una vez más.
Como si el destino no jugara con sus naipes y
tuviera los  planes marcados.
Te regalo mi deseo
porque desear
no estaba en los planes de nadie
Si pudiera elegir,
Elegir sería totalmente innecesario



La plaza del avión

Y pensar que era un sábado mas,
encerrado en una cruz
Contando un día , que es  el 18,
desde que las risas, no las sirven con hielo.
Ahí , en el medio de mi *casi puedo*
Mientras pedía la cuenta
Y separaba la propina
Me toparon austeros,  tus ojos
Que venían con el antojo
de algo indemne  por esta vez 

Apostaste a la calma chicha de mi pelo recogido
a mi mareo de tierra
a la falta de escote de un pasado malparido
no te culpo
no hay peor  que el ego para enemigo,
la apariencia es un contrincante sin  estirpe
Pleno al cero en el colchón
Fingió tu costado moro
Y mi costado sin bendición


Fui tu botiquín de últimos auxilios
Salvando heridas de guerra
Con ansiedad oxigenada en el algodón
A cambio dejaba yo actuar a
Tu fraudulenta terapia alternativa
Curando con  exceso de alquitrán
Mi soledad adictiva.



pensar que era una cruz   más,
encerrada en un vicio
evitando pestañar primero
creyéndonos impostores
nos ganaron las primeras impresiones
no nos vimos los molares
cuando intercambiamos sonrisas.
intentaba abrocharme el salvavidas
En el tifón de alguna copa
Y por eso te abracé;
Y vos navegando entre botellas,
Tomaste aire en mi cintura
Sostenido del último corcho para no caer

Nunca distinguimos
Los síntomas del otro
Vos tan mercenario de la felicidad,
Yo pregonando paz
Y al final dos mentirosos.

Y entre manotazo y manotazo
Para ahogar primero al otro
etiquetamos  de no perecedero
Al amor que nunca fue
nos besamos sin saber que para ambos
La boca ajena era solo un respirador artificial
éramos dos opuestos
Escapando de la misma enfermedad


Tóxicos


-Sos tóxica para cualquiera
Murmuraste en mi espalda
Mientras separabas tus adicciones por color

Tenias razón
Cuando garantizabas  que lo tuyo era pérdida por elección,
Y lo mío un coma inducido.
La ubicación de todo se distorsionó,
 y eso incluyó la propia.
¿Por cuánto tiempo se puede deambular en la cuerda floja
 con un par de besos acalambrados como zancos?

Jugar a las escondidas
me dejaba siempre contra la pared,
picabas  la sentencia (antes del punto y coma),
porque así  me podías querer
perversa, impermeable
con el ego resacoso,
plantada en el  punto donde no se puede más que continuar
Tu alma en desnudez era sponsor de mi intemperie
y nuestro amor,
un invierno muy crudo.

Me transformo fácilmente sommelier
cuando de sentimientos se trata ,
y ya íbamos por la etapa,
de enjuagarme la piel  de vos
de los amaneceres con Parkinson,
del sosiego que deja el  aturdimiento en retirada.
Me superó el espanto
cuando accedí  a ser tu sal de litio


-sos culpable por contagio
susurraste, sin darte vuelta
y al final del pasillo
nos volvimos dos desconocidos

Mini- entrevista por Igoican Záquzev

·                                 Cicatrices en el mantel aparece en octubre de 2013 ¿Desde cuándo venís escribiendo estos poemas?
·                                 Busqué que Cicatrices tenga el peso de lo que fue para mí el proceso al escribirlo,  de las personas opuestas que yo fui en ese camino,  por eso se encuentran poemas que fueron escritos en mi adolescencia, y otros  20 años mas tarde.  Intenté de algún modo reflejar las distintas ópticas; las diferentes sillas en las que me senté en la misma mesa
·                                  ¿Cuándo y cómo advertiste que ya tenías un libro?
·                                 Tenía numerosos papeles, pedacitos de poemas, en servilletas, en cuadernos, pero nunca lo imaginé como un libro,  cuando me puse a averiguar por editoriales, no tenía mucha idea sobre que evaluar;  el transcurso desde la decisión de publicar hasta el momento de la prueba de galera lo viví sin sentirlo como un libro sino como un orden, un cierre.  Tener por fin el libro en la mano significo hacer tangible el sueño.
Creo ver, en tu poesía, un pie en la narrativa y otro en la contemplación de lo ya contado; ¿qué buscás al escribir?
Cuando escribo, simplemente describo situaciones, amores posibles;  intento que sean los detalles lo que cuenten,  busco que el lector se encuentre, en alguna coma, en algún gesto, independientemente de que lo que se interprete,  tal vez sea opuesto  a lo que me impulso  a escribirlo
 En algunos poemas percibo un desplante cuasi ricotero ( pienso en Pame o en Con los tacos al hombro) e incluso rimas cercanas a la canción; ¿en qué medida la música incide en tu escritura? ¿O es una hipótesis equivocada?
 Si bien soy  contemporánea a los Redondos,  confieso que sólo tengo presente los temas más conocidos, y mientras sonaba Tarea fina, yo tarareaba  Gricel o  Confesión.  Pame fue escrito cuando tenía 17 años, en un bar, mirando a una chica de esas que son¨ el trofeo¨del lugar;  Con los tacos al hombro,  también de esa época,  nació de la historia de la cita de una amiga y como un amor anterior había marcado para siempre su modo de encarar las relaciones.
La música sin embargo, condimenta todo lo que me rodea, es la forma artística más palpable con la que convivimos,  no hay momento que no esté musicalizado, por lo que diría que por supuesto influye también en mi modo de escribir, donde de seguro se encontrara algún tinte de mis preferencias.

·                                 No bauticemos sentimientos o Gemas son poemas que celebran el amor y su tiempo oportuno: ¿cómo abordás la intimidad sin disfrazarla?
Si bien el bosquejo de lo que cuentan habla mucho de mí, el trazo fino, el que  desnuda,  solo lo  percibe quien es parte de eso, considero muy intimo al silencio, el silencio como lugar,  es como el punto G en medio de todo un gran huracán.  Y  no necesita disfraz, porque son pocos los que lo abordan, por lo que puedo mantener de algún modo la privacidad sin disfrazarla, porque pocos ven la desnudez
·                                  Mariana Kruk habla de una voz que “se alza sin temor a decir que sangra, que se desilusiona, que ama, que vive”; ¿es difícil, para vos, trasladar la experiencia vital a la poesía?
Te diría que lo siento al revés, es dificilísimo sacarle la poesía a la experiencia vital, lo vivido es justamente el alimento, el impulso que  hace que un olor  me traslade a tal lugar, un sonido, un color, termina siendo el  disparador.   Cuando leo el resultado final,  si bien está repleto de matices de lo que puedo estar sintiendo, es una mezcla de cosas, que terminan alejando la realidad de lo escrito, pero siempre sobre los  cimientos de una experiencia, ya sea propia o ajena encontrándome como espectadora

·                                 ¿Cómo se consigue hablar de la propia experiencia sin caer en un tono abiertamente confesional, de diario íntimo?
La poesía tiene mucho del que escribe y muchísimo del que lee, supongo, y no puedo afirmarlo, que es la metáfora donde se aleja de la confesión, no tanto porque yo lo busque sino porque es lo que permite a lector ponerle el condimento de su interpretación  basándose en lo que le pasa en el momento, volcar su estado de ánimo, su experiencia, alejándose de lo que representa para mi, o lo que significo al momento de escribirlo.
 Tu poesía no parece deudora de ninguna estrella rutilante, parece más bien ligada al lenguaje cotidiano y a historias de vida; sin embargo, me gustaría preguntarte qué te interesa leer y si hay autores-poetas o no- que consideres determinantes para vos.
·                                 Cuando tenia no más de 6 o 7 años, me topé un libro que se llamaba pequeños tesoros poéticos, un rejunte de poetas que recorría desde el siglo XIV, hasta el siglo XX  con Miguel Hernández, ese libro era mi Biblia aunque viéndolo a la distancia, por una cuestión de edad, entendería menos de un cuarto de lo que ahí se hablaba, de alguna manera fue la invitación a la poesía, cuando comencé a comprender  un poco más, pase por los caminos comunes, Neruda, Borges, etc en ninguno me encontré, no me hundía  en lo que escribían como si lo hice con Paco Urondo, Benedetti, Murena, siempre desde el disfrute de la lectura,  al momento de escribir, como bien lo decís, es lo cotidiano lo que me inspira

·                                 * Sin ser pregunta, te pido unos mínimos datos biográficos para agregar. Gracias!
 Naci 20 de marzo del 77, si creyera en el zodiaco o las leyendas, justificaría mi romance con la lluvia y  el otoño, pero supongo que los amores no se explican.
Estudié de todo, con una inconstancia única, pase por derecho, radiología, filosofía y psicología, de todas me aburrí o viceversa, amante incondicional de las mudanzas embale  y desembale mi vida varias veces, será por eso que me siento siempre de visita, me traje de la Patagonia, después de 7 años allá, la nostalgia  que se guarda por las  cosas que se viven de afuera.
 La poesía es la comunicación conmigo misma, el lugar común donde *quedo descalza* y me encuentro, donde me hablo al espejo y por lo general me contesto.
Seria erróneo considerarme poeta, escribo, porque  es la forma de sacar de mis esquinas, los sentimientos.
Cicatrices en el mantel, de editorial Cacto fue mi primer poemario;  el primero de otros tantos, espero.





Nota de LisardaCicatrices en el mantel (Cacto editorial; Buenos Aires,
2013) es el primer libro de Julieta Bionti.

jueves, 26 de junio de 2014

Güelcom (2011)



Güelcom es una película argentina que se estrenó el 6 de agosto de 2011 dirigida por Yago Blanco y protagonizada por Mariano Martínez y por Eugenia Tobal.
Es la historia de Leo, un joven psicólogo que se entera que Ana, su ex pareja que lo había dejado cuatro años atrás para probar suerte como chef en España, está de visita en Buenos Aires. Apoyándose en las amistades, la terapia y en los recuerdos, intenta superar sus rencores y saber porqué tantos argentinos como ella han querido irse. Con la excusa del casamiento de unos amigos en común, que también viven fuera del país, inicia un plan para reconquistarla. Pero la presencia de un nuevo novio y varios resentimientos del pasado van a hacer que la tarea no sea tan sencilla.

jueves, 12 de junio de 2014

Oliver Sacks, Musicofilia y otras entrevistas



Una charla con Oliver Sacks

Oliver Sacks creció en Londres, aunque durante cuatro años, en la Segunda Guerra Mundial, fue trasladado a un colegio en los Midlands. Sus padres y dos de sus hermanos mayores fueron médicos. De niño Sacks quería ser químico (describió su amor hacia la química en su libro de memorias Tío Tungsteno), pero finalmente se decidió por el negocio familiar. También amaba la botánica, sobre todo los helechos. Este amor permanece: es miembro de la American Fern Society (Sociedad Americana de Helechos), y ellos son el tema de su reciente libro, Diario de Oaxaca. Estudió en la Universidad de Oxford y después, a comienzos de los sesenta, se mudó a California y realizó su residencia en neurología en la UCLA. A mediados de esa década se fue a Nueva York, donde ingresó al Hospital Beth Abraham del Bronx. Allí trabajó con los pacientes que habían contraído encefalitis letárgica en la epidemia ocurrida durante la Primera Guerra Mundial. Tomados como casos perdidos y por décadas abandonados a un largo sueño sin esperanza de recuperación, en 1969 Sacks les recetó una nueva droga llamada L-DOPA (una dopamina sintética que se les recetaba a los enfermos con Parkinson). La droga produjo los efectos más extraordinarios. Despertares, el libro que Sacks escribió basado en esta experiencia, inspiró una obra de teatro de Harold Pinter (A Kind of Alaska) y una película protagonizada por Robin Williams, un logro editorial único. En los últimos veinte años ha publicado más de ocho libros, incluidos un testimonio de su propia experiencia cercana a la muerte (Con una sola pierna) y su obra más conocida: El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Ha escrito sobre pacientes con autismo, alucinaciones, esquizofrenia, alzheimer. En estos días, el doctor Sacks continúa trabajando en el Hospital Beth Abraham; también es profesor clínico de neurología en la Escuela de Medicina Albert Einstein y neurólogo en el hospital de la New York University. Atiende pacientes en el The Little Sisters of the Poor por menos de quince dólares la consulta. Colabora regularmente con The New York Review of Books y The New Yorker. Y ha recibido muchos premios. Aquí está con nosotros.
 
Actualmente usted está trabajando en un libro sobre la música y sus efectos en el cerebro. Cualquiera que haya leído su obra sabrá que usted no concuerda con Steven Pinker, quien ha dicho que la música es un mero aperitivo auditivo y un accidente evolutivo que se monta sobre los hombros del lenguaje. ¿Podría explicar por qué cree que Pinker se equivoca?
Excepto por algunas raras condiciones patológicas, no he sabido de un ser humano que no sea musical o que no responda a la música de una u otra manera. Cada cultura tiene su música. Las flautas datan de hace miles de años. Somos una especie profundamente musical. Me imagino a la música avanzando de la mano con el lenguaje, codesarrollándose juntos. La música es esencialmente humana.
 
Pero usted mismo ha encontrado algunos casos de personas indiferentes a la música. En cierta ocasión le oí decir que, extrañamente, Freud era una de esas personas.
Sí, aunque por lo general me refiero a Freud como el maestro, no como el paciente. Freud era notoriamente indiferente a los conciertos y a la ópera de su tiempo, y al escribir sobre sus pacientes o sobre sus teorías nunca habló de música. Su único comentario fue que creía tener un punto ciego con relación a la música. También Nabokov dice en su autobiografía que lamenta admitir que la música le parece una morosa y arbitraria sucesión de sonidos irritantes. Pero, bueno, quién sabe, a Nabokov le gustaban las bromas. Existe una extraña condición orgánica llamada amusia, a veces se nace con ella, a veces proviene de lesiones en el cerebro. Una vez conocí a un neurólogo francés que me comentó que su reconocimiento musical era algo limitado: básicamente, cuando escuchaba una música podía distinguir si era la Marsellesa o no. Excepto por casos así, los poderes terapéuticos de la música son enormes. Los pacientes de Despertares muchas veces no podían moverse o pronunciar una sílaba, pero podían bailar y cantar: la música les devolvía su fluir y su momentum, y cuando paraba la música, ellos paraban en seco. Tengo pacientes con demencia, caóticos y confundidos, que al escuchar música parecen ordenarse. Hay algo en la claridad de la música, en su estructura. Creo que una pieza de música cualquiera es la antítesis del caos y la confusión. Le puede restituir el orden a una persona. Es algo muy misterioso, pero veo centenares de pacientes con demencia que ya no pueden comunicarse verbalmente, pero que siguen accediendo a la música hasta el final. Y posiblemente seamos sensibles a la música desde el primer momento. Hay evidencias de que el feto puede responder a la música.
 
Mencionó algo sobre la epilepsia musical.
Sí, una de mis pacientes fue encontrada inconsciente cerca de un lago, con la lengua mordida. Cuando recobró el conocimiento, dijo que recordaba haber escuchado a alguien tocando unas canciones napolitanas y luego sentirse rara, y eso fue todo. Así comenzó para ella. Solía tener convulsiones por otras cosas también, pero las canciones napolitanas (era siciliana) indescifrablemente le causaban un ataque epiléptico. Hay casos extraños. A veces hay compositores puntuales. Wagner, por ejemplo, parece ser muy patogénico. A mí personalmente no me gusta Wagner, pero hay gente que sufre convulsiones al escuchar su música.
 
Alguna vez usted mencionó una conversación entre dos personas con sinestesia musical.
Lo que me fascina de la sinestesia es que todo sinestésico piensa que lo que le ocurre a él les ocurre a todos. Un conocido mío me contó que a los seis años le dijo a su profesora de piano: “Me encanta esa pieza azul”. “¿Qué quieres decir con azul?”, le preguntó la profesora. “Ya sabe, la pieza en Re mayor, Re mayor es azul”. Y la profesora le dijo: “No para mí”. Y mi amigo no lo podía creer, pensaba que algo terriblemente malo le estaba pasando a la profesora. No hay dos sinestésicos que tengan la misma experiencia, no hay un equivalente absoluto. En una ocasión, dos famosos sinestésicos creyeron haber encontrado un equivalente perfecto entre la música y el color, y se juntaron a charlar sobre el tema. Cuando se encontraron, discreparon en absolutamente todo.

Fuente: REVISTA EL MALPENSANTE

domingo, 1 de junio de 2014

Pedro Calderón de la Barca, El silencio



Es el silencio un reservado archivo

donde la discreción tiene su asiento;

moderación del ánimo que, altivo,

se arrastrara sin él del pensamiento;

mañoso ardid del menos discursivo

y del más discursivo entendimiento;

pues a nadie pesó de haber callado

y a muchos les pesó de haber hablado.

 

Es, contra el más colérico enemigo
el más templado freno de la ira;
de la pasión el más legal testigo,
pues dice más que el que habla el que suspira;
de la verdad tan familiar amigo,
que a la simulación de la mentira
le destiñe la tez, pues cuanto errante
mintió la lengua, desmintió el semblante

   Es quietud del espíritu divina,

a quien el mundo contrastar no pudo;

de la modestia imagen peregrina,

que una mano da al labio, otra al escudo;

de cuantos sacrificios vio la indina

adoración, el pez, animal mudo,

prohibido fue; que a luz de sacrificio,

aún no estragó esta virtud el vicio.

 

 

Y si de hablar y de callar le dieron

tiempo al que más la perfección codicia,

fue porque al corazón árbitro hicieron

de su sinceridad o su malicia;

no porque del silencio no creyeron

ser el culto mayor de la justicia,

pues si a Dios en sus obras reverencio,

el idioma de Dios es el silencio.

 

Dígalo el cielo en el primero día

que el poder del Criador manifestaba,

pues en el cielo gran silencio había

mientras Miguel con el dragón lidiaba;

pues la tierra y la noche helada y fría

que humano le adoró, en silencio estaba;

y ya que árbitro fue de paz y guerra,

lo que le amaron digan cielo y tierra.


La escuela de Pitágoras cinco años

sabiamente lección de callar daba;

 la Tebaida, en sus cuerdos desengaños,

a callar solamente se juntaba;

pues si a sus propios filósofos y extraños

retórico el silencio doctrinaba

¿qué gimnasio se orló de más laureles

que el que cursaron fieles y no fieles?

 

Confieso que es una interior batalla,

por eso se corona el que pelea,

y para aquél que menos fuerte se halla

consejo fue de iluminada idea,

sacro proverbio en que se escribe: «O calla,

o algo di que mejor que callar sea»,

y si ha de ser mejor callar, calle entre tanto


el silencio, hasta ver si lo es el canto.


Fuente: Exhortación / panegírica al / silencio./ Motivada de su apóstrofe / «Psalle et Sile». / A la protección del / Eminentísimo Reverendísimo / Señor Don Baltasar de Moscoso y Sandoval, Carde- / nal Presbítero de la Santa Iglesia de Roma, del Tí- / tulo de la Cruz en Jerusalén, del Consejo de / Estado de su Majestad, Arzobispo de Toledo, / Primado de las Españas, y Gran Canciller / Mayor de Castilla, &c. / Por / Don Pedro Calderón de la Barca / Caballero de la Orden de Santiago, y Capellán / de su Majestad en su Real Capilla de los / Señores Reyes Nuevos, (s.l., s.a. [1661]), 6 hs.+12 fols.

 Reedición digital por Evangelina Rodríguez Cuadros, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2000

Rodríguez Cuadros, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2000