viernes, 30 de julio de 2010

San Agustín, Cómo la memoria es tan reflexiva que con ella nos acordamos de habernos acordado






Conservo todas estas cosas en mi memoria, como también los diferentes medios y modos con que las aprendí, lo propio que muchas objeciones y argumentos falsos que he visto proponer en las disputas contra estas verdades; y aunque las dichas objeciones son falsas, no lo es que me acuerdo de ellas, ni que hice discernimiento entre la verdad de aquellas tesis y la falsedad de estas objeciones, lo que tengo muy presente. Además de esto, veo en mi memoria que el discernimiento y juicio que ahora formo de estas cosas es diferente del que me acuerdo haber hecho antes, muchas veces que he pensado en ellas; también me acuerdo de que he entendido estas cosas diferentes veces, y que ahora las percibo y entiendo, lo guardo en mi memoria para acordarme después de que las entiendo ahora. Conque también recuerdo que me he acordado, y si después me acuerdo de que ahora he podido acordarme de estas cosas, sin duda que será un acto reflejo de la virtud o facultad de la memoria.

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