martes, 13 de abril de 2010

Rodolfo Fogwill, LLamamiento a los malos poetas

Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.

Que en ellos viva la poesía,
la innecesaria, la fútil, la sutil
poesía imprescindible. O la in-
versa: la poesía necesaria,
la prescindible para vivir.

Que florezcan diez maos en el pantano
y en la barranca un Ele, un Juan,
un Gelman como elefante entero de cristal roto,
o un Rojas roto, mendigando
a la Reina de España.

(Ahora España
ha vuelto a ser un reino y tiene Reina,
y Rey del reino. España es un tablero
de alfiles politizados y peones
recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).

Y aquí hay torres de goma, alfiles
politizados y damas policiales
vigilando la casa.

A la caza del hombre,
por hambre, corren todos, saltan
de la cuadrícula y son comidos.

Todo eso abunda: faltan los poetas,
los mil, los diez mil malos, cada uno
armado con su libro de mierda. Faltan,
sus ensayitos y sus novela en preparación.
Ah.. y los curricola,
y sus diez mil applys nos faltan.

No es la muerte del hombre, es una gran ausencia
humana de malos poetas. Que florezcan
cien millones de tentativas abortadas,
relecturas, incordios,
folios de cartulina, ilustraciones
de gente amiga, cenas
con gente amiga, exégesis, escolios,
tiempo perdido como todo.

Se necesitan poetas gay, poetas
lesbianas, poetas
consagrados a la cuestión del género,
poetas que canten al hambre, al hombre,
al nombre de su barrio, al arte y a la industria,
a la estabilidad de las instituciones,
a la mancha de ozono, al agujero
de la revolución, al tajo agrio
de las mujeres, al latido
inaudible del pentium y a la guerra
entendida como continuidad de la política,
del comercio,
del ocio de escribir.

Se necesitan Betos, Titos, Carlos
que escriban poemas. Alejandras y Marthas
que escriban. Nombres para poetas,
anagramas, seudónimos y contraseñas
para el chat room del verso se necesitan.

Una poesía aquí del cirujeo en la veredas.
Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones.
Una poesía de los salones de lectura de versos.

Una poesía por las calles (venid a ver
los versos por las calles...)

Una poesía cosmopolita (subid a ver
los versos por la web...).

Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver
poesía en el pesebre del amor...)

Una poesía explosiva: etarra, ética,
poéticamente equivocada.

En los papeles, en los canales
culturales de cable, en las pantallas
y en los monitores, en las antologías y en revistas
y en libros y en emisiones clandestinas
de frecuencia modulada se buscan
poetas y más malos poetas:
grandes poetas celebrados pequeños,
poetas notorios, plumas iluminadas,
hombres nimios, miméticos,
deteriorados por el alcohol,
descerebrados por la droga,
hipnotizados por el sexo
idiotizados por el rock,
odiados, amados por la gente aquí.

En las habitaciones se buscan.
En un bar, en los flippers,
en los minutos de descanso de la oficina,
entre dos clases de gramática,
en clase media, en barrios
vigilados se buscan.

¿Habrá en la tropa?
¿En los balnearios, en los baños
públicos que han comenzado a construir?
¿En los certámenes de versos?
¿En los torneos de minifútbol?
¿Bajo el sol quieto?
¿A solas con su lengua?
¿A solas con una idea repetitiva?
¿Con gente?
¿Sin amor?

No es el fin de la historia, es
el comienzo de la histeria lingual.

Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua.
Falsifiquemos el deseo:
Te necesito nene.
Para empezar te necesito.
Para necesitar, te pido
ese minuto de poesía que necesito, necio:
quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema,
que me acarices con sus ripios,
que me turbes la mente con otra idea banal,
y que me bañes todo con la trivialidad del medio.

Y en medio del camino, en el comienzo
de la comedia terrenal, quiero vivir
la necedad y la necesidad
de un sentimiento falso.

Se necesitan nuevos sentimientos,
nuevos pensamientos imbéciles, nuevas
propuestas para el cambio, causas
para temer, para tener,
aquí en el sur.

Y arriba España es un panal
de hormigas orientales:
rumanas, tunecinos,
suecas a la sombra de un Rey.

Riámonos del Rey.
De su fealdad.
De su fatalidad.
De Su Graciosa Realidad.
La realidad es un ensueño compartido.
La realidad de España
es su filosa lengua pronunciando la eñe
y su mojada espada pronunciando el orden
del capital y la sintaxis.

¡Ay, lengua:
aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle,
suturada de chips, y cubre
nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas..!

11 comentarios:

lucia serrano dijo...

hola Ignacio, me gustó el poema de los malos poetas, Fogwil me gusta como escritor, un día fuimos novios por unas horas, pero novios, él era el invitado a un evento en Liberarte, pero no queria leer, dijo que quería invitar a una señorita a salir a la calle y era yo, nos divertimos, es un loquito total, culto y sencible el manteca, besitos, hasta la próxima

Gregorio Omar Vainberg dijo...

Ignasio,

Impresionante el poema, y al contrario de Lucía, no lo conozco. digo al Fogwill,

Un abrazo

Gerana Damulakis dijo...

É fortíssimo, o poema grita, berra: simplesmente adoro a carga de ironia, do ser insólito. Lembrou-me um poema de Drummond que é quase uma receita sobre quais ingredientes um poema não pode conter.

Janaina Amado dijo...

Como eu amei este poema, de um escritor que (vergonhosamente) não conhecia. Fiquei lendo, e relendo, e relendo, e a cada vez descubrindo novidades que me faziam sorrir e pensar.

Lisarda dijo...

Qué bárbaro, Luciérnaga, verte por aquí! Fogwill tiene una brutalidad exquisita y tiene tal lucidez que parece loco,no?
Es para charlar mano a mano, pero me parece que te atraen este tipo de locos...¿Javier Martínez estará en la mira?
Un beso Lu, gracias por pasar.

Lisarda dijo...

hola, Gregorio!Sí, el poema es contundente y sin medias tintas.

Lisarda dijo...

Gran poema, Gerana. Algo semelhante dece um tal Gomes Ferreira que recentemente-muuuy recentemente-conocí:
Vai-te, Poesia!

Não quero cantar.
Quero gritar!

Procurarei ese poema de Drummond: agora fiquei com o bichinho da curiosidade.

Lisarda dijo...

Janaína, é certamente um poema para ser relido. Os malos poetas sao um pretexto para falar do lugar que ocupa a poesía em nossas vidas, além a calidade da escrita.A "mala poesía" nao tene medo de ser sentimental. Que eu saiba,não existem boleros vanguardistas!
Por outra parte, há porradas harto bém dadas, sobretudo ao egocentrismo dos poetas.
¿Vocé sabe, Janaína, qué há mais egocéntrico que um poeta argentino?
Resposta:dois poetas argentinos!!

Lisarda dijo...

En Sonsonete de sonetos-sonetero.blogspot- puede escucharse a Fogwill recitando, con un mínimo traspié, un soneto de Dante.

Anónimo dijo...

Hola Señor, soy Eduviges V. Redondo, dominicana, se acuerda? SOy de la zona de Liniers, cerca de la Gral Paz, trabajo por allí, este poema me gustó, yo soy una mala poeta, me sentí identificada.
Un beso señor...
me gusta su blog

Lisarda dijo...

hola Eduviges, qué alegría reencontrarte
y saber de tu estabilidad
laboral y que sigas en lo que te compete,
iré a verte a tu trabajo...Si sos mala poeta, conozco un editor que no tendría problemas en editarte-aunque no seas salteña, te publicaría igual.
Un beso señorita...