jueves, 9 de abril de 2009

Inca Garcilaso de la Vega, Dedicatoria



Esta es la dedicatoria que el Inca Garcilaso hace de su traducción de León Hebreo al Rey de España

SACRA CATÓLICA REAL MAJESTAD
DEFENSOR DE LA FÉ
No se puede negar que no sea grandísimo mi atrevimiento en imaginar dedicar a V.C.R.M. esta traducción de toscazo en español de los tres Diálogos de Amor del doctísimo maestro León Hebreo, por mi poco o ningún merecimiento. Pero concurren tantas cosas tan justas a favorecer esta mi osadía, que me fuerzan a ponerme ante el ecelso trono de V.C.M. y alegarlas en mi favor.
La primera y más principal, es la ecelencia del que la compuso, su discreción, ingenio, y sabiduría, que es digno y merece que su obra se consagre a V.SM.
La segunda es entender yo, si no me engaño, que son estas las primicias que primero se ofrecen a V.R.M. de lo que en este género de tributo se os debe por vuestros vasallos los naturales Nuevo Mundo,en especial por los del Piru, y más en particular por los de la gran ciudad del Cuzco, cabeza de aquellos reinos y provincias, o primogenitura, es justo que, aunque indignas por mi parte, se ofrezcan a V.C.M. como a Rey y señor nuestro, a quien debemos ofrecer todo lo que somos.
La tercera, que pues en mi juventud gasté en la milicia parte de mi vida en el servicio de V.S.M. y en la rebelión del reyno de Granada, en presencia del serenísimo don Juan de Austria, vuestro dignísimo hermano, os serví con nombre de vuestro capitán, aunque inmérito de vuestro sueldo, era justo y necesario que lo que en edad más madura se trabajaba y adquiría en el ejercicio de la lición y tradución, no se dividiera del primer intento, para que el sacrificio que de todo el discurso de mi vida a V.R.M. ofrezco, sea entero, assí del tiempo, como de lo que en él se ha hecho con la espada y con la pluma.
La cuarta y última causa sea el averme cabido en suerte ser de la familia y sangre de los Ingas, que reynaron en aquellos Reynos antes del felicísimo imperio de V.S.M. Que mi madre la Palla doña Isabel, fue hija del Inga Gualpa Topac, uno de los hijos de Topac Inga Yupangui y de la Palla Mama Ocllo su legítima muger, padre de Guayna Capac Inga, último Rey que fue del Piru. Digo esto, soberano Monarca y señor nuestro, no por vanagloria mía, sino para mayor majestad vuestra, porque se vea que tenemos en más ser aora vuestros vasallos, que lo que entonces fuymos dominando a otros: porque aquella libertad y señorío era sin la luz de la doctrina evangélica, y esta servitud y vasallaje es con ella. Que mediante las invencibles armas de los Reyes Católicos, de gloriosa memoria, vuestros progenitores, y del Emperador N.S. y las vuestras se nos comunicó, por su misericordia, el summo y verdadero Dios, con la Fe de la santa madre Yglesia Romana, al cabo de tantos millares de años que aquellas naciones tantas y tan grandes permanecían en las tristíssimas tinieblas de su gentilidad. El qual beneficio tenemos en tanto más, quanto es mejor lo espiritual que lo temporal. Ya estos tales, Sacra Majestad, nos es lícito (como a criados más propios que somos, y más favorecidos que debemos ser) llegarnos con más ánimo y confianza a vuestra clemencia y piedad a ofrecerle y presentarle nuestras poquedades y miserias, obras de nuestras manos e ingenio. También por la parte de España soy hijo de Gracilazo de la Vega, vuestro criado, que fue conquistador y poblador de los Reynos y Provincias del Piru. Passó a ellas con el adelantado don Pedro de Alvarado, año de mil y quinientos y treinta y uno. Hallóse en la primera general conquista de los naturales del, y en la segunda de la rebelión dellos, sin otras particulares que hizo en nuevos descubrimientos, yendo a ellas por capitán y caudillo de V.C.M. Vivió en vuestro servicio en aquellas partes hasta el año de cincuenta y nueva, que falleció desta vida, aviendo servido a vuestra Real corona en todo lo que el Piru se ofreció, tocante a ella; en la paz administrando justicia, y en la guerra contra los tiranos, que en diversos tiempos se levantaron, haziendo oficio de capitán y de soldado. Soy asimismo sobrino de don Alonso de Vargas, hermano de mi padre, que sirvió a V.S.M. treinta y ocho años en la guerra, sin dexar de asistir a vuestro sueldo ni un solo día de todo este largo tiempo. Acompañó vuestra Real persona desde Génova hasta Flandes, juntamente con el capitán Aguilera, que fueron dos capitanes que para la guarda Della en aquel viaje fueron elegidos por el Emperador N.S. Sirvió en Italia, Francia, Flandes, Alemaña, en Coron, en Africa, en todo lo que de vuestro servicio se ofreció, en las jornadas que en aquellos tiempos se hizieron contra erejes, moros, turcos y otras naciones, desde el año mil y quinientos dezisiete, hasta el de cincuenta y cinco, que la Majestad Imperial le dio licencia para que se volviese a su patria a descansar de los trabajos passados. Otro hermano de los ya nombrados, llamado Juan de Vargas, falleció en el Piru de quatro arcabuzazos que le dieron en la batalla de Guarina, en que entró por capitán de Infantería de V.C.M. Estas causas tan bastantes me dan ánimo, Rey de Reyes (pues todos los de la tierra os dan oy la obediencia y os reconocen por tal), a que en nombre de la gran ciudad de Cuzco, y de todo el Piru ose presentarme ante la augusta Majestad vuestra, con la pobreza deste primero, humilde y pequeño servicio, aunque para mí muy grande, respeto el mucho tiempo y trabajo que me cuesta: porque ni la lengua italiana, en que estaba, ni la española, en que la he puesto, es la mía natural, ni de escuelas pude en la puericia adquirir más que un indio nacido en medio del fuego y furor de las cruelísimas guerras civiles de su patria, entre armas y caballos, y criado en el ejercicio dellos, porque en ella no avía entonces otra cosa, hasta que pasé del Piru a España a mejorarme en todo, sirviendo de más cerca vuestra Real persona. Aquí se verá, Defensor de la Fé, qué sea el Amor, quan universal su imperio, quan alta su genealogía. Recibilda, soberana Majestad, como della se espera, imitando al omnipotente Dios, que tanto procurays imitar, que tuvo en más las dos blancas de la vejezuela pobre, por el ánimo con que se las ofrecía, que los grandes presentes de los muy ricos: a cuya semejanza en todo yo ofrezco este tan pequeño a V.S.M. Y la merced que vuestra clemencia y piedad se dignare de hacerme en recebirlo con la benignidad y afabilidad que yo espero, es cierto que aquel amplíssimo imperio del Piru, y aquella grande y hermosísima ciudad su cabeza la recibirán y la tendrán por summo y universal favor: porque le soy hijo, y de los que ella con más amor crió por las causas arriba dichas. (…) Pero con mis pocas fuerzas, si el dino favor y el de V.M. no me faltan, espero, para mayor indicio deste afecto, ofreceros presto otro semejante, que será la jornada que el adelantado Hernando de Soto hizo a la Florida, que hasta ahora está sepultada en las tinieblas del olvido. Y con el mismo favor pretendo pasar adelante a tratar sumariamente de la conquista de mi tierra, alargándome más en las costumbres, ritos y ceremonias Della, y en sus antiguallas, las quales, como propio hijo, podré decir mejor que otro que no lo sea, para honra y gloria de Dios nuestro Señor, que por las entrañas de su misericordia y por los méritos de la sangre y pasión de su unigénito Hijo, se apiadó de vernos en tanta miseria y ceguera y quiso comunicarnos la gracia de su Espíritu Santo, reduciéndonos a la luz y dotrina de su Iglesia Católica Romana, debaxo del imperio y amparo de V.C.M. (…) De Montilla, 19 de Enero de 1586 años.
S.C.R.M. Defensor de la Fé. B.L.R.M.D.V.C.M. vuestro criado, Garcilasso Inga de la Vega.

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