La sagrada verdad ha establecido que Grecia y Roma, a la par de Babilonia y Egipto, bien lejos de ser-como pretenden- los padres de las artes y las ciencias, han sido los destructores de todo arte. Homero, Virgilio y Ovidio confirman esta opinión, y nos llevan a reverenciar
Roma y Grecia deslizaron el arte dentro de sus estómagos y lo destruyeron: un estado belicoso jamás podrá producir arte. Podrá robarlo, saquearlo, o acumularlo en algún lugar, y traducirlo, copiarlo, comprarlo, venderlo y criticarlo, pero nunca hacerlo. Lo griego tiene un orden matemático. Lo gótico tiene un orden viviente. El orden matemático es eterno en la memoria de la razón. El orden viviente es existencia eterna.
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