La grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo.
Fragmento de la novela de Carpentier, publicada en 1949 y ambientada en Haití
3 comentarios:
Bem lembrado: Alejo Carpentier, ainda que cubano, ambientou sua prosa por todo o Caribe.
Adoro Carpentier-gracias, Gerana, por pasar
Carpentier? maldita ginebra?
peón 4 alfíl dama... Jaque Mate!
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