Abrilear,
mi amor: notas sobre Abrileando de
Mariana Kruk
Ignacio
Vázquez
1
¿Qué
ocurrió, qué ocurre siempre en abril? Era en abril, the cruellest month, que
hay lluvias mil, 20 abriles que no volverán, la pirueta etimológica entre aprire y abrile en un soneto de Torcuato Tasso, el cumple de
Beatriz Viterbo, quién
coño me ha robado el mes de abril y siguen las firmas.
Después
de los primeros tres meses del año, abril parece decirnos: “ ya está,
muchachos, empezó el baile”. En abril se asienta el rumbo o la inercia de las
cosas. Para el hemisferio norte, abril es signo de primavera, de resurrección,
de fiesta pascual. Para los del hemisferio sur, en cambio, comienza lo
contrario: el ensimismamiento, el fin de todo lo que prometió el verano, la
paleta cromática del otoño, la serena y casi cortés transición al frío.
En Abrilenado, el reciente libro de Mariana
Kruk, abril está omnipresente. De manera más explícita en unos poemas,
agazapado en otras, Abril se convierte en personaje central de este poemario.
Estamos dentro de una historia de amor, moviéndonos entre la tristeza del fado
y la terrenalidad del tango, estamos oyendo una voz que canta y cuenta; estamos
en esa zona de apego y reproche, de sinceridad y redundancia : estamos en el
corazón de Abril.
2
Siempre era abril o estaba a punto de serlo dice el epígrafe de Blas de Otero. En
este libro de Kruk, Abril se anuncia, Abril es inminente, Abril irrumpe. Y,
desde el primer poema, advertimos que este Abril está recargado y que va a
significar mucho más que el mes de abril:
I
los días exigen una vuelta de tuerca,
un desprenderse del
almanaque,
un sueño tangible,
encontrar de una buena vez
la aguja en el pajar,
una nota mental
que diga: olvidar.
Una corchea
que no sangre,
otro mes,
otro acorde,
otra manera,
un inventario
sin amores dibujados,
un corazón menos anarquista,
alguien que no me crea la función,
acabar con el hobbie de las huidas
plantarse ante el espejo
y bancársela.
¿Solamente
un poema? Un programa de arte y vida entrelazados, un filosofar en voz alta, un
ajuste de cuentas. Casi, como lo pide el tango:
Contame una historia distinta de todas,
un lindo balurdo que invite a soñar…
(Supongo
que cuando Mariana presente su libro en España le van a colgar la etiqueta de
“poesía de la experiencia”; yo me pregunto: ¿hay poesía que no sea de la
experiencia?)
3
Como
bien señala Rubén Derlis en el prólogo, la poesía de Mariana está “despojada de hojarasca”, entendiendo por
hojarasca el artificio retórico y el brillo –desde los ’90, brillantina-
verbal. En realidad, escribir en difícil es la solución fácil; el desafío es
tener algo que decir y decirlo con las palabras justas.
4
La
poesía celebratoria celebria. El
vino, desde Omar Khayyám, está presente en la poesía. (Pero el vino se vuelca y
mancha el lenguaje, como ese hermoso poema El
borracho, de Joaquín Castellanos, rebautizado, por obra y (des)gracia del
eufemismo en El temulento) El vino
celebra porque el vino, contra lo que suele creerse, no es olvido: el vino – y
el escenario del vino: las calles y bares de Buenos Aires, la lluvia, el amor
repentino y repentista- es parte, también de la memoria.
XV
las ganas de tomar vino
siempre vuelven,
sin importar cuán jodida
haya sido la última resaca.
Así,
lo mismo,
Abril.
Imposible no pisar su palito.
5
La
hermosa relación entre Mariana y el lenguaje arranca desde el título: Abrileando. ¿Quién que no esté muy
seguro de sí mismo es capaz de plantar bandera por un gerundio? Encima, un neologismo
vuelto gerundio: un modo de hacer o de estar en el mundo, con un mes que así,
se transforma en todos los meses.
_
¿Cómo estás?
_
Ahí ando, abrileando.
XXV
cuarto mes del año, sí.
pero también:
San Telmo,
poesía,
tango,
lluvia,
droga dura,
piedrita en el zapato,
vodka barato,
tu mancha de nacimiento,
figurita repetida,
Luna Park,
ganas de besarte,
rincón para el balazo.
¿cuántas acepciones más le iré a encontrar a la palabra
Abril?
la RAE no sabe nada.
6
El
libro cierra con un relato breve, perfecto en su nitidez: Piedra, papel o lloviera, en coautoría con Nicolás Poulsen.
¿Cierra?
El relato aparece como el trailer subyacente a las diversas secuencias del
poemario; el relato-breve, conciso,
semiótico en sus matices de escena urbana- nos
lleva a releer los poemas como una suerte de magnífica, serena y fragmentaria
adivinanza a recontruir.
Mariana
Kruk (Quilmes, 1983)
Publicó hasta la última uva (Otro Contar,
2011) migas (Otro Contar,2012)
piromanía (Cartonerita Niña Bonita, 2013) ninguna nuez (Textos Intrusos,
2013) y Abrileando (Cacto Editorial, 2014)
Joaquín Carbonell 05/04/2013- El Periódico de Aragón
--Decir argentino y poesía casi es una redundancia...
--¿Así
nos ven? Lo tomo como uno de los más bellos piropos que le han dicho a esta
tierra, supongo que es porque fuimos cuna de inmensos poetas, también por el
tango y al folklore que son poesía pura.
--Me admira su pasión por este género, casi desbocada.
--Esa
es la palabra: desbocada. Nadie pudo haberlo dicho mejor. La poesía es algo que
me excede, que tiene más peso que nada en el mundo. No concibo la vida sin
poesía, es tan vital para mí como la existencia de la lluvia o del vino.
--Ahora publica en Zaragoza: ¿como fue?
--Un
amigo español me puso en contacto con Cartonerita Niña Bonita, una bellísima
editorial, de estas que ahora están inundando el mundo. Es un movimiento
editorial precioso, y estoy orgullosa de que piromanía haya salido de esta manera.
--¿Le presenta nuevas perspectivas publicar aquí?
--Mirá,
viajar a España es un sueño desde muchos años, mi discografía está muy marcada
por músicos españoles, hay ciudades que conozco a través de las canciones, y
antes de que surgiera la posibilidad de publicar allá, ya había decidido que
era hora de ir pisando suelo español.
--Ha editado ya tres libros: con mucho sacrificio, no?
--Mucho,
sí. Para hacer poesía y publicarla hay que, como decimos acá, remarla
en brea. Hay que estar muy abocado al oficio, trabajar, tener
constancia, no dejarse desviar del camino.
--Internet ha creado una comunidad de poetas en el mundo. ¿Cuál es su
vinculación?
--Internet
es un puente maravilloso en este sentido. La palabra ya no es algo inaccesible.
Twitter por ejemplo, me parece que se ha convertido en un nuevo género
literario. Tengo relación con poetas de toda Argentina, de Colombia, de Estados
Unidos, de Venezuela...
--¿Qué es la poesía ahora en Argentina? ¿Para qué sirve?
--Yo
creo que hay un resurgimiento, hay una movida muy fuerte de gente que escribe y
de gente que lee. La poesía no debe ser algo para un grupo selecto, para unos
pocos. La función de la poesía es hablar por aquellos que no saben cómo decir
que sienten, que se retuercen, que estallan, y no hay nada más humano que estos
sentimientos.
--¿Sus planes de futuro?
--Seguir
trabajando, sacar abrileando que ya está escrito. Buscar la manera
de concretar mi viaje a España con abrileando en mano. Aprender cada día y seguir
escribiendo, siempre, siempre.
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