sábado, 17 de julio de 2010
Paul Auster, Confesiones ardientes
Intentamos limitar nuesro consumo de cigarrillos a cuatro o cinco por noche, y finalmente Sam se dejó crecer la barba otra vez. Después de todo, las hojas de afeitar eran casi un lujo y había que optar entre una cara suave para él o unas suaves piernas para mí. Ganaron las piernas por unanimidad.
De día o de noche se necesitaban luces para meterse en los archivos. Los libros estaban situados en una habitación central del edificio, y por ende no había ventanas en ninguna de las paredes. Como la luz eléctrica había sido cortada hacía mucho tiempo, no había otra opción que llevarse una luz propia.(...)De cualquier modo era discutible si la Biblioteca seguía siendo o no una biblioteca. El sistema de clasificación se había desorganizado por completo, y con tantos libros desaparecidos, era casi imposible encontrar el volumen que uno buscaba.(...) Juntaba todos los libros que podía entre los brazos y volvía coriendo arriba, a nuestra habitación. Gracias a los libros nos mantuvimos calientes todo el invierno; a falta de otro tipo de combustible, los quemábamos en la estufa de hiero para producir calor. Sé que parece horrible, pero no teníamos otra opción, había que escoger entre eso o morirnos de frío. Por supuesto, no se me escapaba la paradoja: todos esos meses trabajando en un libro y al mismo tiempo quemando tantos otros para mantenernos calientes.
(Fragmento de El país de las últimas cosas, 1987)
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4 comentarios:
Nossa, que coincidência, IV!!! Acabei de cerrar o mais recente livro de Paul Auster, cujo título é Invisível. Farei uma resenha sobre ele e estava colhendo algumas passagens que gostei muito durante a leitura do romance. Daí, entrei aqui e você fez uma postagem justamente com Paul Auster.
Tpdo es posible, y eso es practicamente lo mismo que nada..como nacer en un mundo que nunca ha existido...( del mismo País..de Auster)
Gracias, LIisarda..por este texto..desesperanzado quizá..para los abulicos de futuro o de ayer.. y exquisita narrativa ..
Recomiendo otro: La música del azar.. de Auster también-
Gerana, já é costume a nossa sincronicidade!Imaginei que vc gostaría, sei que é leitora de Auster.
Claudia, gracias a vos que me permitiste hurgar en tu biblioteca y encontrar esta maravilla. Gracias por tu paso aquí.
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