viernes, 18 de junio de 2010

José Saramago (1922-2010)

José Saramago

Regra

Tão pouco damos quando apenas muito
De nós na cama ou na mesa pomos:
Há que dar sem medida, como o sol,
imagem rigorosa do que somos.

Fragmentos del discurso de Saramago al recibir en Brasil el Premio Luis de Camoes.

Desde que llegué a la edad del entendimiento voy oyendo decir, con animosa insistencia, que Brasil y Portugal son dos países hermanos , de sangres cruzadas y linfas mezcladas, y mucha historia de ida y vuelta. Cuando hace unos años descubrimos que la pluma inconstante y varia de Fernando Pessoa había escrito aquello de que su patria era la lengua portuguesa, y, por tanto, por extensión, también la nuestra, supongo que los más idealistas de esta costa y de las otras, de las africanas también, habrán pensado que ahí se encontraba la llave mágica, gracias a la cual accederíamos a posibilidades más fraternas y fructuosas de encuentro y de diálogo. Si la lengua portuguesa era realmente patria, entonces era la patria de cuantos pensaban, hablaban y escribían en portugués, luego, afinidad de espíritu y sensibilidad, bandera y pregón de todos. Si algo le faltara a esa nueva patria para ser patria general, no desesperemos, porque el tiempo resuelve los problemas y todo lo demás nos será dado por añadidura.(...) ¡Pobre y sufridora patria, digo yo, tan mal enseñada, tan mal aprendida, grotescamente insuflada de berbarismos inútiles, instrumento que ya parece en peligro de perder la necesidad y el uso!
Quiero pensar que, en un futuro próximo, ya que no podrá ser inmediato, todos esos países-Brasil, Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe, Portugal- (...) puedan elaborar un plan de trabajo conjunto (...) certificando, con un espíritu generoso y abierto, la preservación equilibrada y la difusión eficaz de la lengua portuguesa en el mundo, mas también, y sobre todo, en el propio interior de los países que la hablan, los nuestros.

Podría hablar de mi experiencia como lector de Saramago, pero daría vueltas a las frases para terminar en lo mismo: felicidad en la lectura. Elijo una imagen, de entre mil: la escena en que los peces que nadan en el Tajo, y cruzan la frontera bajo el agua, ya que pasan del castellano al portugués....es el hermoso principio de un libro extraordinario, Viaje a Portugal.
Creo que Gerana Damulakis tendrá bastante más-y mejor- que yo para decir. Esos cuadernos en los que ella hizo su propia antología de Saramago son, seguramente, el mejor testimonio de una lectora crítica y agradecida.

4 comentarios:

Gerana Damulakis dijo...

O mais terrível é saber que não haverá mais romances.Para onde irão as palavras que ele todavia não chegou a escrever? Que loucura pensar isso!

Lisarda dijo...

Es definitivo el silencio y es definitivo lo que permanece; tendremos que resignarnos a releerlo.

Comprendo, Gerana, esa inercia que nos queda, de querer seguir leyendo: me pasó con Borges y con Elías Canetti.

Bípede Falante dijo...

Essa foto dele é a mais genial porque ilustra a incomparável visão de mundo que ele tinha.

Lisarda dijo...

E qué visão! De um mundo que não era éste, mais que...¿será?