Contiene el abecedario
Veintinueve, de las cuales
Cinco se llaman vocales,
Consonantes las demás.
Las vocales suenan solas;
Mientras que una consonante
Sin vocal de acompañante
No se hace escuchar jamás.
Con que nos llama el Señor;
Y el techo, nido de amor,
De madre, esposa, hija, hermana.
Un tercio sobre otro tercio,
Enseñando que el comercio
Hará engordar la nación.
Mas la corcovada C,
Cuarto menguante de luna,
Anuncia mengua en fortuna
Donde hay ocio y mala fe.
Es
Por la mitad bien cortada;
O el sombrerón de empanada
Que usan los héroes modernos.
Plan de cocina o salón
Pinta
Vemos en frente a la puerta
Algo entre altar y fogón.
Que abajo pared no han hecho,
O es un portal con su techo
Y con la llave prendida.
Jesús, qué arete tan lindo
Es la agachadita G!
Cuando con mi novia esté
En la oreja se lo guindo.
Entre dos palos de pie
Hay un palo atravesado
Haciendo una H, un cercado
Que paso a bestia no dé.
Daré un chelín de contado
Al que explique bien
Pues para mí no es más que
Una C con H al lado.
Es
De la familia: un palito
Siempre a plomo y derechito
Cual hombre que odia el licor.
Y así es
Tienen las dos parentesco),
Mas calza botín chinesco
Y está viendo para atrás.
A
El palo de la derecha
Que como punta de flecha
Contra el centro se dobló.
Es la escuadra que en la mano
Ver del carpintero sueles;
Y
Como un mellizo y su hermano.
Trabajar para comer,
Sudar cada cual su haber
O morir en la demanda.
Oh N, oh viga entre dos hilos
Malamente atravesada!
Debajo de tu enramada
No dormiremos tranquilos.
Y aun más temor la Ñ da,
Que es
Pájaro de mal agüero
Que encima volando va.
Cuando un bobo exclama ¡oh!
Vemos la letra en su boca.
A ti adivinar te toca
Cómo fue que se le vio.
Puño de espada es la P,
Y aun se ve la hoja truncada.
¡Plegue a Dios que toda espada
Trozada así pronto esté!
Sentadito sobre un ramo;
O un reloj que dice al amo:
"¡No pierdas tiempo holgachón!"
Que está sentada en su silla;
Más solo pecho y rodilla
Falda y pie se deja ver.
El borracho y la serpiente
Pintan
Y a ambos debes evitar
Cuidadosísimamente.
Cruz sin cabeza es la T,
O ancho martillo de herrero,
O lezna de carpintero
Como la usó San José.
Del dedo de la mujer;
O un pocillo de beber
El chocolate en pocillo.
Es el corazón: tesoro
Mejor que el poder y el oro
De un feroz o de un collón
Dos corazones atados:
Cifra de dos bien casados
Que haciendo uno solo ves.
Para cortarle la lengua
A aquel que diga algo en mengua
De persona ausente o muerta.
De horqueta de colgar ropa,
O de apuntalar la copa
Que el árbol rindiendo va.
Y es
Que está pasando un desmayo;
O es como el surco del rayo
Que al herir nos vuelve nada.
Nota
Este ingenioso poema me ha hecho recordar la escena de La dama boba, de Lope de Vega, en que un personaje le enseña, por método silábico la cartilla a la boba y ésta trastoca todo, como cuando se le dice “V-E: VE” y ella pregunta “¿dónde voy?”.
Y ante ciertos versos-la X es tijera abierta- es imposible no asociar a Gómez de
No hay comentarios:
Publicar un comentario