martes, 18 de septiembre de 2012
Gabriel Ruiz de los Llanos, Mi amigo Héctor consumó
Mi amigo Héctor consumó
para gloria de él
y regocijo mío
un poema que habla de New York
que en cualquier momento te leeré.
Habítanlo
(al poema)
alójanse en él
rubias cervezas
para volarles la tapa
y hay
-en su transcurso-
shockeantes discotecas
con modernas bandas de sonido
puestas a complacer
a esas otras sonoras bandas pandillas juveniles
que las frecuentan a diario.
Y hay ilusiones
ilusiones del Norte
rotando luego al Sur
con ascenso de temperatura...
desmejorando luego.
En su poema está el Bronx
con sus mujeres mirando para afuera
esperando por verdaderos hombres
que por fin
decidan
tomárselas a pecho
( a ellas)
y está Manhattan
con sus veteranos vueltos de la guerra
en la que se vieron envueltos
veteranos de guerra rodando por la vida
dolorosamente sobre sus sillas de ruedas
en las noches benignas.
Hay también drogas allí
(en el papel, haciendo su papel)
que traen consigo
de inmediato
inmediately
los peces de colores y los elefantes
marinos y todo,
todo por el mismo precio.
Y están
-cómo podrían faltar-
las omnicomprensivas e inflables
muchachas novias de goma
dispuestas siempre a todo
novias que se insinúan
pero no menstrúan;
y hay duros
durísimos pesistas
arrendando los gimnasios
-sentando plaza en ellos,
sobre los bancos-
ejercitándose infinitamente
narcisísticamente
como clavados frente a los espejos.
Y hay sueltos por la ciudad
miles de negros
no exagero
que no las pasan negras
como las pasaban antes.
Y hay como brotes rebrotes
de nuevas religiones
todos los días
y navajas
en los límites del cuello
todas las noches.
Y está por fin, en todo
y en todos
el recuerdo mítico de Marilyn Monroe
junto al twenty fifty
junto al 20/50
de la policía
llamando...
Poema perteneciente al libro Sinceramente tuyo y otros poemas (1981)
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1 comentario:
bonito poema!
gracias por el recuerdo...
Urrus
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