El jueves 5 de Junio de 2003, durante una de sus visitas a Buenos Aires, Robin Wood y su hermosa asistente, Graciela Sténico, nos recibieron en el lobby de un hotel céntrico. Gentilmente, el Sr. Wood accedió a someterse a un extenso reportaje que, como podrán leer, naufraga con preguntas baladíes y sale gloriosamente a flote con respuestas plagadas de ingenio y paternal condescendencia por parte del genial guionista.
-(Germán Lanzillotta): Tenemos una gran duda, porque sabemos su origen, de donde viene, pero queremos saber, exactamente su fecha de nacimiento.
-(Robin Wood): 24 de enero de 1944.
-(Ariel Avilez): Perfecto, en qué lugar?
-(R.W.): En medio de una pequeña colonia agrícola llamada Cosme, fundada por comunistas-socialistas australianos en 1900; quinientos irlandeses, escoceses y demás, que se sublevaron en la famosa "Rebelión de los esquilmadores" contra el gobierno inglés, que fueron reprimidos bastante violentamente y que -los sobrevivientes, claro- posteriormente, decidieron fundar en algún lugar su propia "Utopía", vale decir, un país ideal en que no existiese la propiedad privada, que fuese de todos... y no se que diablos terminaron en Paraguay, recientemente destruida en la guerra de la Triple Alianza , y casi sin población masculina; entonces el gobierno paraguayo les ofreció tierras, semillas, ayuda, dinero, todo. Y cumplió, al pasar de los años, muy bien con la gente de las colonias. Incluso en Australia esta historia es muy conocida, en sus más grandes epopeyas, se han hecho muchos libros, él ultimo de los cuales tiene un capitulo entero -modestia aparte- dedicado a mí, que se titula "Las aventuras de Robin Wood", es él ultimo capitulo y esta todo dedicado a mi vida, porque los periodistas que lo escribieron me conocieron y les pareció una especie de símbolo de todo lo que había sido la colonia. Pero la colonia, finalmente, no prospero, porque ninguno de sus fundadores era realmente un agricultor, eran todas gentes de los sindicatos obreros y demás... Y entonces vino la Primera Guerra Mundial y mi abuelo y mis hermanos -porque yo estoy dividido entre irlandeses, los Wood, y escoceses, los Mc Leod- fueron a pelear al viejo continente, fueron a la aventura y vivieron la aventura de la gran siete: uno de ellos murió en Paris, con el contraataque de Arras; los otros volvieron pero habían visto el Gran Mundo: ya no les interesaba vivir en la colonia. Para mi un libro que refleja muy bien la colonia es "Cien años de soledad"... Bueno, después mis tíos abuelos pelearon en la guerra del Chaco y muchos de ellos se volvieron después a Australia; otros se vinieron a la Argentina. Actualmente , la colonia tiene doscientos o trescientos habitantes, todo paraguayos que, aunque tienen apellidos como Jack, Wood o Mc Leod, no hablan una palabra en ingles. Y en la entrada del pueblo está el Parque Robin Wood.
- (A.A.): en qué año lo homenajearon bautizando el parque con su nombre?
- (R.W.): El año pasado (2002). Pero se hicieron dos parques, uno muy grande en la ciudad capital, muy lindo, muy bien puesto, con monumento y todo.
-(A.A): En serio?
-(R.W.): Sí, si, si. Hay un monumento muy lindo, no de mi, claro, pero que dice "Robin Wood". Y el otro esta en la escuelita del pueblo, porque yo done una serie de juegos para los chicos. Es una escuelita pequeña, de madera todavía, con la pintura blanca descascarada. Había una canchita de fútbol y poca cosa, así que done para los chicos de la colonia, hamacas, toboganes, bancos y demás... porque no tienen otra cosa con que divertirse. Entonces ellos, encantados, le pusieron mi nombre, también. Yo volví a mi pueblo después de cuarenta años, recién.
-(A.A.): Bueno, volvamos al pasado más o menos reciente, cómo comenzó a interesarse por la historieta?
-(R.W.): A ver... desde muy chiquito yo tenia una pasión devoradora por la lectura: Baudelaire, Hemingway... también tengo, desde siempre, una memoria prodigiosa que guarda todo, como una especie de archivo, y que conserva cosas que olvido hasta que llega el momento de sacarlas a la luz. Entonces leía todo y escribía para mí. A los veintitrés años, gane mi primer concurso literario, siendo por aquel entonces obrajero en el Alto Paraná.
-(A.A.): Escribía novelas, cuentos, ensayos?
-(R.W.): No, escribía cosas cortas, escribía para mi. Incluso tengo una anécdota muy interesante, muy simpática, muy dulce: cuando se hizo una gran exposición en mi homenaje, apareció una señora, la Sra. De Silvero, una señora ya mayor que tenia el primer cuento que yo había escrito a maquina, cuando yo tenia dieciocho años; por aquel entonces, yo había tomado prestada una vieja maquina de tres metros de altura que pertenecía a su marido... y esta mujer, que leyó el cuento, guardo el original que yo había escrito, sino también la maquina de escribir, porque considero que, algún día, yo iba a llegar a ser un gran escritor y que me iba a gustar tener eso.
-(A.A.): Eso es visión de futuro...
-(R.W.): Cuarenta años después, cuando se hace esta exposición, esta señora se comunica conmigo y me regala el original, firmado por Robin Francis Wood.
-(A.A.): Francis es su segundo nombre?
-(R.W.): No, pero así debería haberme llamado; sucede que mi madre se olvidó del Francis al anotarme. De todos modos, en la escuela yo le metía el Francis para que no sonara tan "Robin Hood". La mujer que te contaba aun conserva la maquina, pero me la ofreció para cuando la quiera o para cuando se haga el "Museo Robin Wood".
-(A.A.): El museo está en construcción?
-(R.W.): Sé esta hablando de construirlo. Acaba de abrirse el Museo del Comic en Lucca, Italia, y quieren hacer una sección dedicada a mí.
-(A.A.): Retomemos. Entre tanta lectura, supongo que habrá tenido tiempo para las historietas...
-(R.W.): Leía todas las historietas.
-(A.A.): Cuales recuerda con especial cariño?
-(R.W.): Recuerdo cuando empezó "Laredo, Ranger de Texas" -que tenia dibujos espectaculares, "Príncipe Valiente", "Johny Hazzard", "Steve Canyon"... todas las de la época. Para mí fue el impacto cuando empecé a leer "Hora Cero" y "Frontera", de Oesterheld... Nunca había pensado ser guionista, yo quería ser dibujante e incluso estudie dibujo en Bellas Artes, era compañero de Lucho (Olivera). Y con Lucho hablábamos de sumeriología: éramos los únicos idiotas que sabíamos de sumeriología; nos cagabamos de hambre, entonces matábamos el tiempo hablando de los sumerios; estudiábamos los sistemas de cultivo, la organización social, la administración... sabíamos de todo.
-(A.A.): A que edad empezó a estudiar dibujo?
-(R.W.): Desde chiquito dibujaba. Recién empecé a estudiar dibujo en Bellas Artes y en la revista "Vea y Lea"; y Lucho estaba en las dos.
-(A.A.): y quiénes eran sus maestros?. Estaba Breccia, por ejemplo?
-(R.W.): no, no, no. Breccia estaba en "Los famosos artistas"... a los míos ni los recuerdo. Yo trabajaba en una fabrica, yo tengo hasta sexto grado en la escuela nada más...
-(A.A.): Como estudio formal...
-(R.W.): Lo demás es formación autodidacta. Sucede que yo soy hijo bastardo, mi madre no estaba casada. Mi madre era una espléndida mujer, muy parecida a Nicole Kidman, rubia, de ojos celestes, con la cual me llevaba para la mierda... Nunca viví en familia, siempre viví solo. A los doce años empecé a trabajar y así es como terminé con los obrajes del Alto Paraná, trabajaba en la frontera del Paraguay con el Brasil. Y después, cuando vine aquí, tuve que trabajar en fabricas y tuve periodos de miseria absoluta, de dormir en la calle, en Retiro, donde no hubiera viento...
-(G.L.): Con la lectura era como que se auto contenía...
-(R.W.): No. Era una necesidad, aún hoy en día es una necesidad. Yo amo comer solo, porque así puedo leer mientras como (risas). E incluso voy a restaurantes y pido comidas que puedo comer con una mano, guisos y todo eso, para poder leer con la otra. Y si tengo un libro que me apasiona, olvídate.
-(A.A.): Ni siquiera come.
-(R.W.): Te decía: trabajando en la fabrica, en esa miseria absoluta, por las noches me iba a Bellas Artes a estudiar dibujo, y ahí lo conoció a Lucho; y, a través de Lucho, conocí al jefe de arte de "Vea y lea", que casualmente conocía a mi madre. Este me ofreció laburo en la revista, después de la fabrica, que se ocupaba de la impresión de celofán, o sea, que tenia las manos llenas de pintura roja, azul, amarilla, siempre; tenias que sacártela con kerosén, que nunca te limpiaba del todo pero te dejaban las manos blancas, como si tuvieras una enfermedad en la piel. Encima trabajaba en una maquina cortadora de celofán ala que había que echarle kerosén, también, para facilitarle el corte...y la maquina al girar salpicaba kerosén y me daba de lleno en media cara, dejándomela blanqueada: un chiste total. La cuestión es que un día Lucho (Lucho era un genio desde el principio: deja Bellas Artes porque ya no tenían que enseñarle) que ya tenia un contrato con "Vea y Lea" para hacer historietas y también laburaba para Columba, comienza a putear porque no le gustaban los guiones que le tocan dibujar, y me pide que le haga una historieta sobre Sumeria. Me explico como se escribe un guión, como se divide en cuadritos y bueno...lo hice como me pareció y se titulo "Historia para Lagash". Hice dos guiones mas, se los día y me olvide completamente. Yo vivía en una pensión, en Retiro, en la época en que todavía era miserable eso, en una habitación con cinco camas, con una cocinita de alcohol por la cual deberíamos turnarnos, una "Primas". Y yo trabajaba en una fabrica que estaba en Martínez. O sea que me tenia que levantar a las cuatro de la mañana para tomar el ómnibus, el colectivo, para ir hasta Martínez y de ahí caminar diez cuadras hasta la fabrica; si llegabas tarde, te mandaban de vuelta a casa... y te pagaban por hora, o sea que si llegabas tarde el día estaba perdido. El dinero no alcanzaba y muy a menudo yo no-tenia nada para comer, me moría de hambre...y la ropa! Cuando compraba zapatos, lo primero que hacía era ponerle una suela extra, con taco de goma, para que durara, y hasta el día de hoy yo se coser, se planchar, abrir la puerta para ir a jugar, en fin, todo (risas). O sea, era una miseria total: salía con una chica y lo primero que pensaba era: "A lo mejor esta tiene donde cocinar, me invitara a la casa, Algo! ". Comer era lo único en lo que pensaba. Un desastre. Y un día llego tarde a la fabrica y el maldito capataz -que disfrutaba de estas cosas- me dice: "Querido! Llegaste tarde!"; "Si, mire, me quede dormido"; "Sabes? Vos tenes aspecto de cansado, sabes que es lo que tenes que hacer?"; "No señor..."; "Volvete a casa, dormí bien, descansa bien y volvé mañana..."
-(A.A.): qué mal bicho...
-(R.W.): Le digo: "Simón..., me acabo de hacer dos horas de viaje para llegar hasta aquí, y solo llegue quince minutos tarde"; "Ah", me dice, "El reglamento es el reglamento". Vos le das autoridad a un hijo de puta y cagaste. Le digo: "Puedo sacar un vale, por lo menos...?"; "Y no, querido, vos ya sacaste y podés sacar dos vales por mes y anda mas";"Simón, no tengo plata...";"El dinero es la fuente de todos los pecados..."
-(A.A.): Era un personaje de Robin Wood, casi!
-(R.W.): Si, después lo hice personaje... Entonces tuve que volverme y no tenia plata para el colectivo. Así empecé a caminar desde Martínez. Llovía...
-(A.A.): Era una peregrinación, eso...
-(R.W.): Si, y con el uniforme de la fabrica que me había traído, que estaba sucio, porque lo lavaba en la terraza, en una pileta; lo traía hecho un paquete, bajo el brazo. Y vengo caminando, caminando, caminando...Vos sabés lo que es caminar de Martínez al centro... Y de repente me paro delante de un kiosco de diarios, abro una revista de Columba, la hojeo...y ahí estaba:"Historia para Lagash", por Robin Wood..."Yo ese nombre lo conozco"(Risas). Miro la página de lo que se iba a publicar y leo: "Aquí la retirada", por Robin Wood...
-(A:A.): la bélica...
-(R.W.): Si, la bélica, entonces seguí caminando, pero hasta la Editorial Columba , que quedaba en Callao y Corrientes: de yapa, otra caminata mas...
-(A.A.): Pero ya mas gustosa.
-(R.W.): No sabia de que se trataba, no tenia ni idea: yo fui a ciegas... Me había quedado viendo la historieta publicada hasta que el diariero dijo:"Che pibe, esto no es una biblioteca":Y marche para Columba. En el edificio leo:"Columba, Columba, Columba"; cinco pisos. Subo al primero y me dicen que en el quinto es Administración. Subo a Administración y hay una hermosa chica detrás del escritorio; esa chica después fue mi amante, pero al principio, me dijo después, pensó que yo venia a pedir limosnas o algo así (risas). Vos no sabes el aspecto mío...
-(A.A.): Un estilo savaresco tendría...
-(R.W.): Si, total: "Savarese" esta basado en mí. -"Hola, soy Robin Wood", le digo a la piba. Entra a la oficina de su jefe, sale otra vez y me dice: "Pase". Entro, con el uniforme bajo el brazo, miro alrededor y el tipo que esta detrás del escritorio me compadece y dice: "Sabe, puede dejar el paquete ahí". El tipo era "Balbastro"/Vasallo. Me dice: "Usted es Robin Wood?". Los pantalones me llegaban aquí (señala la altura encima de sus tobillos), tenia zapatos de doble suela...Chaplin a mi lado parecía un millonario de vacaciones (risas). Me dice: "Bueno, le molesta si le pido un documento?"; "Y no", le digo, y le doy la cédula; mira la foto, me mira y me dice: "Pero entonces usted es Robin Wood???!!!"; "Si, soy Robin Wood"(Risas); "Siéntese, y usted escribió esto?"; "Si, si. Se los di a Lucho y.."; "Ya están dibujados los tres...";"Ah, bueno.."; "Usted planea seguir escribiendo?" "Si, si.."; "Muy bien, le compramos lo que escriba"; (Pone rostro de incredulidad). Entonces le pregunto: "De que tema le interesa?"; "Siga con las de guerra...todos esos temas...no se."; "Con respecto a los tres hechos..."; "Ah, si...vaya al tercer piso y ahí le pagan". Salgo afuera, me estoy yendo y escucho: "Señor, su paquete". Bajo al tercer piso y me dan un cheque...y yo en la puta vida había tenido un cheque en la mano. Entonces el tipo que me lo dio se da cuenta y me dice como cobrarlo: "Bajas, salís a la izquierda, cruzas la avenida y ahí esta el banco de Londres y América del Sur. Ahí te pagan". Entro al banco, caja, cédula, sello...por cada historieta me pagaban el equivalente, mas o menos, a dos meses de sueldo en la fabrica. Cerca había un restaurante famoso que se llamaba "El Tropezon", y yo salgo con el paquetazo de dinero y me voy ahí. Entro -todavía con mi paquete debajo del brazo (risas) y el maitre me dice: "Si? Qué quiere?"; "Mesa para uno" (habla con el mentón en alto y aparentando indiferencia). Me siento por ahí y el maitre, que después se hizo amigo mío, me mira pensando que hace ahí ese zaparrastroso, linyera, callejero, totalmente seguro de si mismo. Y le digo: "menú, pro favor. Dígame" -y ahí va la metida de pata- "Tiene cigarros?"; "Si, si, tenemos cigarros"; "Buenos tráigame uno mientras elijo...". Entonces me trae la caja, agarro uno y veo que no tiene agujeros para fumar; el tipo saca un alicate y ¡chac!. Me lo da, lo saboreo, elijo una comida -para entonces estaba medio verde por el cigarro-... no recuerdo que comí, pero comí de todo. Pague, deje propina -el maitre me miraba-, me levante; "Muchas gracias, volveré por aquí". Y un mes después volví, ya con buena ropa, y el maitre me reconoció: "Ah, de vuelta?". Charlamos un rato, como, y cuando ya me estoy yendo me dice: "Un pequeño aviso: siempre se fuma con el café, cuando se termina de comer" (Risas) Y así empecé: escribía, escribía, escribía y me alquilé un departamento; estuve un año, y le avise a la editorial que me iba. Y me dicen:"Robin, ud.tiene acá un futuro, una carrera..."; "Discúlpenme, pero yo me pase cuatro años en fabricas, entrando a las seis de la mañana y saliendo a las seis de la tarde, o sea, que veía el sol los domingos: laburaba de lunes a sábados. Me voy. Lo que puedo hacer es enviarles guiones por correo." Eso nunca se había hecho. Al final, aceptaron probarlo. Me fui a Europa en un barco carguero, y desde ahí les mandaba los guiones por correo. Acá no me vieron el pelo durante cinco años: en esos cinco años, "Nippur", "Jackaroe", "Mi novia y yo" y "Dennis Martin" me daban de comer.
-(A.A.): Y usted veía ese material dibujado y publicado?
-(R.W.): No, durante cinco años no vi nada de eso.
-(A.A.): Ni conocería a los dibujantes supongo.
-(R.W.): No, a nadie. Y a los cinco años volví y ahí me encontré con la periodista Helena Goñi -en quien luego me base para crear a "Helena"- que esperaba para conocer a los tres escritores mas aclamados: Robin Wood, Roberto Monti y Robert O'Neill (risas. Fui a televisión, anduve por muchos lados, conocí dibujantes... Me quede y para de meses y después me fui por tierra desde Buenos Aires hasta México. Y de ahí volé otra vez hasta Europa...
-(A.A.): Cuándo fund+o el Estudio Nippur-4?
-(R.W.): Eso fue recién en mi segundo regreso a Buenos Aires, cuando me vi obligado a volver porque sé había cerrado el envío de dinero al exterior. Yo estaba sin dinero afuera y con todo mi dinero acá, apilándose. Vine y fundamos acá, con los Villagrán y con el "Pollo" Andrada, Nippur-4.
-(G.L.): González Andrada.
-(R.W.): El mismo...
-(A.A.): Conocía de antes a los Hermanos Villagrán?
-(R.W.): Si, los conocí y me cayeron bien. Y el estudio era un quibombo fantástico, era creatividad pura; estaba Pedrazzini, Zaffino, Ricardo Ferrari, Manuel Morini y muchos otros... era la creatividad fluyendo... y era la única oportunidad en la que participaba en los dibujos, corrigiendo. Recuerdo que, en una revista, un periodista hizo una selección de las frases que oía en el estudio: "¿Dónde le corto el brazo?. ¿En la muñeca o en el codo?" -"En la muñeca, nada mas..."; "¿Cómo le hago la cara al viejo?" -"Antigua..." (risas) -"Che, que tiene que ser la mina?" -"Cogible..." (Risas)
-(A.A.): Y cual era el trato que tenia con los demás guionistas? Ud. los instruía?
-(R.W.): No, no, no... eso era cosa de Columba. Siempre ha habido una escasez enorme de guionistas, aquí, en Europa, y en todas partes; entonces Columba tuvo esa idea de darme chicos "que prometían" para que trabajaran conmigo, vale decir, ellos hacían el boceto del guión, yo lo leía y después lo rescribía a mi manera; supuestamente, asi iban aprendiendo y de paso, ganaban un dinero. La idea era que yo los corrigiera, pero no podía porque yo era demasiado diferente. Y así fue hasta el momento en que nuevamente me agarro la virulana, deje todo y me fui a Estados Unidos, a vivir un año y pico en California. Después me fui a España.
-(A.A.): Allí fundo "Mark 2000"?
-(R.W.): En España me compré una vieja finca, antigua posesión de un ex homosexual que había estado casado con un travesti...
-(A.A.): Bueno... por lo menos estaría decorada con buen gusto.
-(R.W.): Claro que sí!!!. Y había un cabrero andaluz -llamado Paco, inevitablemente- que se refería a mí como "El amo". También había gatos que vivian en los bosques, que venían a comer y luego se iban... Paco en realidad no cumplía ninguna función, pero a fin de mes yo le daba algún dinero y le decía: "Paco, tu me cuidas la casa." ; "Aquí no pasa nadie", respondía (Wood imita la forma de hablar de los españoles). Con el tiempo una serie de chicas pasaron por la finca y al respecto yo lo escuchaba hablar a Paco con otro cabrero que le dice: "Ole! Cómo esta el maricón de la casa?"; "No, hombre. El maricón ya no esta más, ahora hay un follador, así que hemos mejorado." (Risas) Bueno, en esa finca establecí una productora independiente que se permitía ya no trabajar mas para editoriales, sino vender directamente lo producido. Quise probar y largue la revista "Mark 2000", de la Editorial Wood , y ahí descubrí lo que significaba el laburo editorial: papel, tinta, fotolitos, distribución... tuve dos personas que me ayudaron mucho, eso sí.
-(A.A.): Todo era material suyo?
-(R.W.): Todo era material mio. Y como a los ocho meses ya cubrimos todos los gastos, vino el superávit y todo lo demás. O sea, nos estaba yendo muy bien en un tiempo muy corto, y más para una revista, en cierto modo, amateur. Aunque salió bien, el ritmo era demasiado para mí... así que avise que se cerraba. Uno de los colaboradores -el único con experiencia en trabajo editorial- me dijo con lagrimas en los ojos: "Mira, yo ya trabaje en editoriales. Esto es un éxito!! En ocho meses, todo lo que se invirtió se recupero y ya tenemos ganancias..." Pero yo no terminaba de encontrarle el gusto al asunto y estaba afectando a mi trabajo de guionista; era demasiado, mucho trabajo, siete días por semana... fue una etapa y no era para mí...
-(A.A.): Hablando de etapas, cuenta Armando Fernández que usted, en algún momento, trabajo en conjunto con Oesterheld. Eso es cierto?
-(R.W.): No, no. Oesterheld trabajo en Columba, efectivamente, pero yo una sola vez hable con él... y me pregunto a que me dedicaba...
-(A.A.): Mire, le pregunto porque a mí me llama mucho la atención la afirmación del Sr. Fernández en la entrevista que le realizamos.
-(R.W.): En realidad, yo a Oesterheld lo vi dos veces: una noche en una whiskeria, cuando el se encontró con Alberto Breccia, y yo había ido a buscar a una chica que estudiaba dibujo, justamente con Breccia, y la segunda vez fue cuando el empezó a trabajar en Columba, que le acondicionaron un rincón con un escritorio y todo para que trabajara; ahí me lo presentaron, pero eso fue todo: yo nunca he tenido un contacto con él, jamás. Lo único es que, curiosamente, cierta vez improvise una elegía por él, en un restaurante llamado "La Rosa ", que quedaba aquí en el centro; había ido allí con una amiga a cenar; la dueña del lugar era Helena Goñi, otra amiga, que se me acerco y me comento que se estaba realizando en el salón contiguo un homenaje a la memoria de Oesterheld y que los asistentes se enteraron que yo estaba allí y querían saber si yo podía decir algunas palabras en su honor. Entonces fui e improvise un discurso que termino muy bien, con dos copas de champagne: una para la Sra. De Oesterheld y otra para mí. Ese fue todo mi contacto con Oesterheld, mas allá, obviamente de su lectura.
-(A.A.): Bien, ya a principios de los 80 me imagino que su posición era mucho mejor dentro de Columba, comenzó a pelear por los derechos sobre sus personajes?
-(R.W.): No, siempre los tuve.
-(A.A.): Y que son entonces, esos rumores que se escuchan acerca de que los artistas perdían los derechos sobre sus personajes al momento de entregar sus historietas a la editorial?
-(R.W.): Honestamente, no lo sé. Se firmaba un documento que decía que se perdían los derechos sobre los personajes al momento de abonarse el importe convenido... pero yo averigüé y eso nunca tuvo validez. El derecho intelectual, que si existe, es internacional, así que invalida todo lo demás.
-(A.A.): Cuando usted abandonaba una serie y la editorial decidía continuarla, le pedían autorización?
-(R.W.): Yo los autorizaba, si. También se habló mucho de las republicaciones, porque yo nunca cobraba por ellas. "Te están estafando", me decían; pero no, no me estaban estafando: sucede que Columba estaba muy mal y pasa que, cuando vos trabajas mucho tiempo en una editorial, le terminas tomando cariño... y yo tenia muchos amigos ahí y me llevaba bien con todos. Y los Columba fueron lo que fueron, pero conmigo fueron correctos, y vos medís a la gente por como la gente es contigo. Pero aparte de ellos estaba la gente que trabajaba allí: las secretarias, secretarios, recepcionistas, correctores... todos ellos dependían de que las revistas siguieran, entonces yo decidí no cobrar porque este era el único modo en que esta gente podía subsistir.
-(G.L.): Eso nunca se dijo, siempre se hablo de una deuda que Columba tenia con usted...
-(R.W.): La deuda la tenían, existió. Pero yo deje de cobrar los derechos de la republicación para ayudar de alguna forma a esa gente que conocí en todo ese periodo de treinta años. Si yo exigía que se me pagara, la editorial cerraba. Y ese fue mi pago en agradecimiento a la editorial, aunque nunca lo comente, simplemente porque no podía, simplemente porque yo soy la oveja negra de la historieta argentina (risas)
-(A.A.): Maltratado por algunos sectores de la critica...
-(R.W.): A mí eso no me calienta ni me enfría: me parece una perdida de tiempo por parte de ellos, que se han pasado años y años bombardeándome.
-(A.A.): Eran jodidos hasta cuando eran condescendientes. Recuerdo una nota publicada en 1981 acerca de Nippur que decía. "Un pequeño clásico de la historieta argentina". "Pequeño": hasta cuando pretendían halagar eran mezquinos.
-(R.W.): (Risas) Si, y esta Sasturain, que me llamo "bestsellerista y comercial". O el libro de Ediciones de la Flor acerca de la historieta argentina, en el que me pegan en todas las series con algo.
-(G.L.): Hasta llegué a leer que Robin era nazi...
-(R.W.): Siempre me trataron de fascista y demás. Cierta vez, en una reunión de esta gente, me dijeron: "Porque vos has sometido a la clase obrera..."; "Ustedes son una manga de pelotudos", les dije, "Además, acá el único que puede hablar de obreros y de la clase obrera soy yo, que he sido obrero. Ustedes son todos intelectuales de confitería La Paz que se encuentran ahí a salvar la clase obrera y después vuelven a casa, donde viven con papá. Comen en casita y después salen afuera a hacer la revolución social. Váyanse a cagar..."
-(A.A.): Así se hacen amigos...
-(R.W.): (risas) Unos amigos bárbaros. También suelen acusarme de "no alinearme" Por que tengo que alinearme? Yo tengo mis propias ideas y no voy a aceptar a alguien simplemente porque ese alguien esta en un grupo: eso lo hacen las ovejas.
-(A.A.): Bueno, volvamos a la historieta, cuando ingresó al mercado italiano?
-(R.W.): Hace unos veinte años atrás, cosa así. Columba empezó a venderles cosas mías a los italianos; vendieron, vendieron... e imprevistamente me encontré famoso en Italia. Y de repente un día, los italianos me contactaron cuando ya no trabajaba mas para Columba porque no podían pagarme; los italianos querían que hiciera las series directamente para ellos. Así pase cómodamente a trabajar para ese mercado. Hice "Kozacovich y Connors", "Dago" y "Amanda"; trabajaba para los italianos y revendía a Columba.
-(A.A.): Según parece, la editorial Eura de Italia no le pone restricciones, porque Ud. Con "Dago" hace lo que quiere: le cambia el llok, lo cambia de escenarios...
-(R.W.): Nada, nada, nada; no se meten en anda; me dan total carta libre. No se meten ni en lo moral, porque yo no hago porografía, sino erotismo. Yo con "Dago" ahora estoy muy contento; realmente es una pena que no haya otro como (Carlos) Gómez para seguir con "Nippur". Gómez es... perfecto.
-(A.A.): A Nippur por que no lo continua haciendo?
-(R.W.): Hay una cosa y es que soy muy delicado. Hay cosas que he hecho y no me han satisfecho mayormente, pero que se han hecho comercialmente, por un tema de dinero. Pero las grandes cosas, como "Nippur", tienen que satisfacerme: yo leo mis historietas. Yo no razono lo que escribo, me rodeo de una especie de neblina y escribo. Yo escribo a mano y no corrijo. Escribo todo de corrido. Siempre utilizo mi cuaderno y lápiz. En Lucca cuando hicieron la gran exposición de "Dago", exhibieron uno de mis cuadernos para que la gente viera como trabajaba, sin correcciones... lo único que había eran las marcas de los vasos de whisky.
-(G.L.): Usted en que idioma escribe?
-(R.W.): En español. Puedo escribir en italiano, pero las editoriales tienen sus propios traductores.
-(G.L.): He visto alguna edición de "Nippur" en italiano y he notado que le han simplificado la prosa, que le han restado lirismo, le molesta eso?
-(R.W.): Si, cambia mucho con la traducción. Pero vos tenés que ubicarte, es decir, la editorial no trabaja para uno: la editorial hace su trabajo y yo el mío; y ambos hacemos lo mejor que podemos. Yo no me meto en el trabajo de ellos excepto que sea realmente grosero. Se hace lo que se puede y en la traducción siempre se pierde algo... pero pelearse por eso es buscarle la quinta pata al gato.
-(A.A.): Vamos a los últimos temas, que proyecto realizo usted para cine? He oído hablar de "La casa de Tourner", pero al parecer no se estreno comercialmente, de que se trataba?
-(R.W.): Era la historia de una casa que tenia vida propia, que va atrapando gente. Era una mezcla de ciencia ficción con terror. La protagonizaba Darío Grandinetti... También hice una serie de televisión con Boresztein, "La condena de Gabriel Doyle". Pero no me gusto como quedo al final. También se hizo la telenovela de "Helena", en Italia, acerca de toda la serie. Y aquí se había hecho "Pepe Sánchez" pero no se que paso...
-(A.A.): Era un piloto, no? Lo protagonizaba Federico D'Elia, el de "Los simuladores"
-(R.W.): Creo que si, no recuerdo el nombre. Después una orquesta italiana de rock quería hacer algo así como "El oratorio de Nippur de Lagash", una opera-rock...
-(A.A.): Y usted, que proyectos tiene?
-(R.W.): A mí me gustaría hacer alguna vez, todo un libro, una historieta que fuera "La cantata de Nippur", mezcla de poesía con grandes dibujos, una obra inmortal recontando todo. Yo eso lo tengo acá, en la cabeza, y se que si me sentara un día o dos, con mi velocidad para escribir, lo terminaría todo. Eso me gustaría hacer. Ahora estoy pensando en hacer "Los últimos días de la vida de Van Gogh": hacer la parte de su vida real en blanco y negro, y la parte de sus delirios a color, imitando el estilo de sus pinturas...
-(A.A.): Quién se encargaría de los dibujos?
-(R.W.): Me encantaría Quique Alcatena, por ejemplo.
-(A.A.): Bueno, ahora vamos a someterlo a un ping-pong, conoce el método? Le menciono algo y Ud. Me dice que le sugiere...
-(R.W.): Si, conozco, conozco...
-(A.A.): Armando Fernández.
-(R.W.): Cuadros. El hacia marcos de cuadros.
-(A.A.): Ricardo Ferrari.
-(R.W.): Intenso.
-(A.A.): Manuel Morini.
-(R.W.): Excepcional persona.
-(A.A.): Néstor Barron.
-(R.W.): Gran intelecto.
-(A.A.): Lucho Olivera.
-(R.W.): Misterioso.
-(A.A.): Carlos Leopardi.
-(R.W.): Exacto. Es el único que podía hacer la escena de "El ojo" tal como salió. Cuando la vi, era exactamente como la había imaginado.
-(A.A.): Gracias a Dios, después Muñoz rescato esa historia para el "30 aniversario de Nippur"
-(R.W.): Si, fue una suerte.
-(A.A.): Lastima que suprimió la página en la que Nippur pierde el ojo...
-(R.W.): (Risas)...
-(A.A.): Bueno, sigamos. Jorge Zaffino.
-(R.W.): Genio.
-(A.A.): Ricardo Villagrán.
-(R.W.): (lo piensa mucho) sólido.
-(A.A.): Enrique Villagrán.
-(R.W.): Fantasioso.
-(A.A.): Eduardo Barreto.
-(R.W.): (Lo piensa) que hacia Barreto?.
-(A.A.): Varios episodios de "Wolf", uno solo de "Nippur"...
-(R.W.): Ah... potente.
-(A.A.): Walther Taborda.
-(R.W.): Mujeres. Las minas que hacia en "El peregrino" Yo le dije a Walther: "vos tenés un monito ahí que no es un monito, es un gorila".
-(A.A.): Sergio Ibáñez.
-(R.W.): Un valor.
-(A.A.): Daniel Müller.
-(R.W.): atormentado (hablo de sus dibujos).
-(A.A.): Gabriel Rearte.
-(R.W.): el joven Rearte.
-(A.A.): Carlos Vogt.
-(R.W.): Super genio.
-(A.A.): Antonio Presa.
-(R.W.): Un querido amigo.
-(A.A.): Jorge Vasallo.
-(R.W.): Un querido amigo, un queridísimo amigo.
-(A.A.): La editorial Columba.
-(R.W.): Gracias.
-(A.A.): Perfecto.
Con esto ya estamos hechos. Seguramente hay un millón de preguntas más, pero si perdimos la oportunidad, perdida está. Quedamos eternamente agradecidos, señor.