El honor de haber sido los primeros en destinar un impuesto anual a la biblioteca pública gratuita corresponde quizás a los ilustrados ciudadanos de la pequeña ciudad de Peterborugh, en New Hampshire, quienes dieron este paso en 1833.
Fuente: S.H.Steinberg, 500 años de imprenta, Ediciones Zeus, Barcelona, 1965.
Ignacio, un honor que se tomó muy tempranemente en el siglo XIX pero que ha tardado en influir en otros gobiernos que protegan, mantegan y promocionen a las bibliotecas públicas en el resto del Orbe.
ResponderEliminarUna curiosa y rara medida.
Un abrazo