lunes, 1 de febrero de 2010

María Elena Walsh cumple 80 años

Los cinco mejores libros del siglo XX
Casi extraterrestre para lo que hoy día se considera canción y literatura infantil, María Elena Walsh es un clásico vivo. Ajena a las modas y sin el afán de usufructuar las mieles de ningún poder, esta poeta, juglar y narradora ha sabido mantenerse, por la sola virtud de su talento, en la fidelidad de un público multigeneracional.
En lo que hace a literatura infantil, su percepción para lo disparatado-fruto de su conocimiento de las nursery rhymes como de la poesía popular- me sacó del monopolio culpógeno-lacrimoso de un Edmundo d' Amicis o de un Dickens, por más geniales y bienintencionados que fueran.
Menos difundidas que Canciones para mirar, pero no menos valiosas fueron las Canciones del tiempo de Maricastaña, donde Walsh refrescaba, junto a Leda Valladares, el cancionero popular español.
A mis 13 años, en una feria del libro que todavía era frecuentada por lectores y no era un lugar de paseo para mirar libros, me acerqué a saludar a María Elena, que sacó de su cartera una tarjeta y la firmó, casi como una forma cortés de despedirme.

1 comentario:

  1. a mí, me dio un beso en el cachete!!! hay una canción que dice así: Mírenme, soy feliz
    entre las hojas que cantan
    cuando atraviesa el jardín
    el viento en monopatín.

    Cuando voy a dormir
    cierro los ojos y sueño
    con el olor de un país
    florecido para mí.

    Yo no soy un bailarín
    porque me gusta quedarme
    quieto en la tierra y sentir
    que mis pies tienen raíz.

    Una vez estudié
    en un librito de yuyos
    cosas que yo sólo sé
    y que nunca olvidaré.

    Aprendí que una nuez
    es arrugada y viejita
    pero que puede ofrecer
    mucha, mucha, mucha miel.

    Del jardín soy duende fiel;
    cuando una flor está triste
    la pinto con un pincel
    y le pongo el cascabel.

    Soy guardián y doctor
    de una pandilla de flores
    que juegan al dominó
    y después les da la tos.

    Por aquí anda dios
    con regadera de lluvia
    o disfrazado de sol
    asomando a su balcón.

    Yo no soy un gran señor,
    pero en mi cielo de tierra
    cuido el tesoro mejor:
    mucho, mucho, mucho amor........

    Me gusta demasiado!!

    Besote

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